Es el día 29 cuando dejamos nuestra pequeña mansión. Nos levantamos pronto y nos fuimos a desayunar al Starbucks porque ya no teníamos nada en la casa. Cuando volvimos, yo me fui a la agencia a devolver la llave mientras B terminaba de recoger y barrer un poco.
El último desayuno |
La agencia me puso problemas cuando sólo devolví la llave que ellos me dieron. Ellos sabían que existía otra llave, pero nosotros no queríamos dársela porque nos costó una pasta las copias, y más después de enterarnos que Philip no nos devolvería los 30 pounds que nos costó una de ellas, cosa que nos prometió.
Así que le dimos a Philip el otro juego de llaves junto con
un sobre con el mando de la televisión que vendimos a un chico que se nos olvidó
dárselo.
No hay nada mas. |
Justo al salir de la casa conocimos a la pareja que iba a
vivir en el piso de al lado. Iban a ser una pareja de españoles, que por cierto
la agencia que contrataron les prometió que les iban a amueblar la casa con
muebles nuevos, y por un problema de que la mesa que habían comprado no les
entraba por la puerta, cogieron la que nosotros dejamos en el pasillo, además
de otras muchas cosas más. Así que por solidaridad patriota le dijimos lo que
había pasado.
Y ya con cuatro maletas dijimos adiós a nuestra casita.
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