Diría que es especial, bonita, navideña y todo lo que quieras, pero, contando que
no parece del todo una bola de navidad, se nota que es
plasticazo y lo han cubierto con
pantallas de publicidad, Piccadilly esta convertido en una locura de carteles luminosos, muy alejado de el espíritu navideño que todos desearíamos.
Soy probablemente
el defensor numero uno de las chorradas navideñas, pero este año, la decoración de la calle
Oxford Street o de
Regent Street da pena, y si encima sumas esta '
justita' recreación de una bola de navidad en
Piccadilly, te deja un sabor agridulce, dejando al año anterior, patrocinado por
el mejunje de Marmite, como un éxito total...
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Mas publicidad si cabe... |
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